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Por el Mtro. Gabriel Ordóñez
La comunicación efectiva entre padres e hijos es fundamental en la adolescencia
La adolescencia es una etapa de transición marcada por profundos cambios físicos, emocionales y psicológicos. Desde una perspectiva lacaniana, este período puede entenderse como un momento de reconfiguración subjetiva, en el que el adolescente busca construir su identidad más allá de los significantes que le fueron impuestos en la infancia.
Considero importante resaltar cómo esta búsqueda de identidad suele generar conflictos en las relaciones familiares, especialmente en la comunicación entre padres e hijos. Sin embargo, también he comprobado que, con las estrategias adecuadas, es posible establecer un diálogo efectivo que fortalezca los vínculos y permita transitar esta etapa de manera más armoniosa.
Jacques Lacan planteaba que el sujeto se constituye a través del lenguaje y los significantes que recibe del Otro, es decir, de las figuras significativas en su vida, como los padres. Durante la infancia, estos significantes son aceptados sin cuestionamiento, pero en la adolescencia, el joven comienza a cuestionarlos, a buscar su propia voz y a distanciarse de las identificaciones impuestas. Este proceso, aunque necesario, puede generar tensiones en la familia, ya que los padres suelen interpretar este distanciamiento como rechazo o rebeldía.
En mi práctica clínica, he visto cómo estos conflictos suelen manifestarse en la comunicación. Los adolescentes pueden volverse herméticos, responder con monosílabos o incluso evitar el diálogo con sus padres. Por su parte, los padres, preocupados por los cambios en sus hijos, pueden caer en la tentación de interrogarlos o imponer reglas de manera autoritaria. Este choque de perspectivas suele generar un círculo vicioso de malentendidos y frustraciones.
Para romper este círculo, es fundamental entender que la comunicación no es solo un intercambio de palabras, sino un espacio donde se construyen y reconstruyen las relaciones. En el contexto familiar, este diálogo no busca interpretar o juzgar, sino escuchar y acompañar.
Una comunicación efectiva durante la adolescencia requiere que los padres adopten una postura de apertura y empatía. Esto implica escuchar sin interrumpir, validar las emociones del adolescente y evitar respuestas automáticas como «esto es una tontería» o «ya se te pasará». Cuando los adolescentes sienten que sus padres los escuchan de verdad, es más probable que se abran y compartan sus preocupaciones.
Estrategias para una Comunicación Efectiva
- Establecer un Espacio de Diálogo Seguro: Los adolescentes necesitan sentirse seguros para expresar sus pensamientos y emociones. Esto significa crear un ambiente libre de juicios y críticas, donde el joven sepa que no será ridiculizado o castigado por lo que diga.
- Evitar el Interrogatorio: En lugar de bombardear al adolescente con preguntas directas como «¿qué hiciste hoy?» o «¿por qué no me cuentas nada?», es más efectivo hacer comentarios abiertos que inviten a la conversación, como «me parece que has estado pensativo hoy, ¿quieres hablar de algo?».
- Respetar su Privacidad: Lacan enfatizaba la importancia del «secreto» en la constitución del sujeto. Los adolescentes necesitan tener espacios privados donde puedan explorar su identidad sin la mirada constante de los padres. Respetar su privacidad no significa desentenderse, sino confiar en que compartirán lo que consideren necesario en el momento adecuado.
- Manejar los Conflictos con Calma: Los conflictos son inevitables durante la adolescencia, pero no tienen por qué escalar a discusiones destructivas. Es importante que los padres mantengan la calma, eviten reaccionar de manera impulsiva y busquen soluciones conjuntas en lugar de imponer su autoridad.
- Reafirmar el Amor Incondicional: En medio de los conflictos y los malentendidos, es crucial que los adolescentes sepan que el amor de sus padres no depende de su comportamiento o sus logros. Lacan hablaba del amor como un «don» que no espera nada a cambio, y en el contexto familiar, este amor incondicional es el cimiento que permite superar las dificultades.
Una comunicación efectiva no solo mejora las relaciones familiares, sino que también ayuda al adolescente a desarrollar una autoestima sana y una capacidad para relacionarse de manera positiva con los demás. Cuando los padres logran establecer un diálogo basado en el respeto y el amor, están contribuyendo a que sus hijos se conviertan en adultos seguros y emocionalmente equilibrados.
La adolescencia es una etapa desafiante, tanto para los jóvenes como para sus padres, pero también es una oportunidad para fortalecer los vínculos familiares. Desde una perspectiva lacaniana, la comunicación efectiva no busca eliminar los conflictos, sino transformarlos en espacios de encuentro y crecimiento. Al escuchar con empatía, respetar la privacidad y reafirmar el amor incondicional, los padres pueden acompañar a sus hijos en esta búsqueda de identidad y ayudarlos a transitar hacia la adultez con confianza y seguridad. Como decía Lacan, el amor es lo que permite al sujeto sostenerse en medio de la falta, y en la adolescencia, este amor es más necesario que nunca.
Contacta con el especialista:
- Nombre: Gabriel Ordoñez – Psicoanalista
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No te olvides de unirte a la conversación en los comentarios, en el revistazo estamos seguros de que para el Mtro. Gabriel Ordóñez será un placer leerte.
10 comentarios en “Adolescencia y comunicación efectiva entre padres e hijos”
Mi hijo adolescente (16 años) es literalmente un MURO! Puro monosílabo y ojos en blanco cuando intento hablar con él. Me frustra horrible no saber qué le pasa por la cabeza. Probaré lo de las preguntas abiertas en lugar de interrogarlo… a ver si funciona. ???? Necesito conectar.
Buenos días.
Gracias por tus comentarios. Espero que este articulo te pueda ayudar. Es importante tener paciencia y poner límites con amor. Límites firmes pero con amor y sin violencia.
Lo de respetar la privacidad (su cuarto, su celular con límites obvio) me cuesta un montón! Siempre quiero saber todo. Pero he intentado darle más espacio últimamente y parece que funciona, se acerca más él a contarme cosas sin que le pregunte. Gracias por los tips Mtro. Ordóñez.
Buenos días Fernando,
Gracias por tus comentarios.
Entiendo como te puedes sentir. Lo que te puedo recomendar es que trabajes la manera en recuperar esa seguridad y confianza en ti para que puedes confiar en los demás. Sin embargo, si sientes que algo realmente no te está bien sí es importante intervenir.
Mtro. Ordóñez, veo que su teléfono es lada 55 (seguramente CDMX). ¿Ofrece consultas psicoanalíticas o de orientación a padres en línea para los que estamos en Cuernavaca/Morelos? Me interesa mucho este enfoque diferente para entender mejor a mi hija adolescente.
Buenos días Claudia,
Gracias por tus comentarios.
Si ofrezco consultas y asesorías en línea. Si gustas comunícate conmigo y hazme saber que eres quien leyó y comentó este artículo.
Interesante el enfoque lacaniano, aunque un poco denso para los que no somos psicólogos… ¿podría explicar un poco más simple qué significa eso de los ‘significantes’ que recibimos de los padres y que luego cuestionamos? Me perdí un poco ahí. ¡Gracias!
Buenos días Stephanie,
Gracias por tus comentario.
En la teoría de Lacan, los «significantes» son como palabras o símbolos que no tienen un solo significado fijo; su sentido depende del contexto y de cómo se relacionan con otros significantes.
Desde que somos pequeños, aprendemos palabras como «bueno», «malo», «correcto» o «incorrecto» de nuestros padres y del entorno. Estas palabras no tienen un solo significado fijo; su sentido cambia según el contexto y cómo se relacionan con otras palabras. Por ejemplo, si un padre dice «eso está mal», nos enseña lo que se considera incorrecto. A medida que crecemos, empezamos a cuestionar y reinterpretar estas palabras, lo que nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás. Este proceso de cuestionamiento es clave para desarrollar nuestra identidad y nuestra forma de ver el mundo.
Espero esto haya aclarado tu duda. Sino, házmelo saber para profundizar.
Totalmente de acuerdo con respetar la privacidad como parte de su desarrollo, pero ¿cómo se balancea eso con la necesidad real de supervisar y saber si no andan en malos pasos (drogas, fiestas peligrosas, acoso online)? ¿Dónde está el límite sano entre confianza y cuidado parental? Es un dilema.
Buenos días Jil,
Gracias por tus comentarios y por tus preguntas.
Entiendo que el equilibrio entre respetar la privacidad de los hijos y garantizar su seguridad en línea es un desafío para los padres. Aunque es esencial fomentar la confianza y la autonomía, también es crucial supervisar el uso que los menores hacen de herramientas digitales, ya que pueden acceder a información inapropiada o compartir datos personales sin darse cuenta de los riesgos. Establecer límites claros, utilizar filtros de contenido y mantener un diálogo abierto sobre los peligros en línea son estrategias efectivas. Además, involucrarse activamente en el uso de estas tecnologías y educar sobre su uso responsable ayuda a proteger su bienestar sin invadir su privacidad.
Sin embargo, si sientes que algo realmente no te está bien sí es importante intervenir.
Espero esto haya aclarado tu duda. Sino, házmelo saber para profundizar.