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Guiando el camino hacia el desarrollo pleno de tus hijos. Estilos de crianza.
«Nadie nos enseña a ser padres, a ser madres». Esta es una frase popular que, si lo pensamos bien, tiene mucho sentido. La forma en que criamos a nuestros hijos a menudo se basa en cómo fuimos criados nosotros, buscando replicar lo que consideramos correcto, eliminar lo que percibimos como erróneo, o una combinación de ambas. No existe un «título universitario en crianza«, y cada quien hace lo mejor que puede con las herramientas a mano. Aunque no hay una manera perfecta de criar, sí existe un estilo de crianza recomendable: un conjunto de conocimientos, conductas y actitudes que, al adoptar, aumentan la probabilidad de que nuestros hijos tengan un desarrollo pleno y próspero.
Alan Nava Martínez, del equipo de especialistas de CLICC Clínica del Cerebro y la Conducta, nos guía en esta importante reflexión. Ella nos explica por qué el estilo de crianza que utilizamos con nuestros hijos es tan fundamental en su desarrollo.
La familia
La primera escuela y el impacto del estilo de crianza
«La familia es la primera escuela de la vida» es otra frase que resuena comúnmente. Más allá de sus múltiples interpretaciones, el revistazo coincide con Alan Nava Martínez en que el entorno familiar es el primer espacio social donde niñas y niños se desenvuelven. Es el lugar inicial de interacción con otros, donde aprenden normas de convivencia, resolución de conflictos, límites, búsqueda de alternativas en su conducta y la necesidad de compartir recursos, espacio y actividades.
Como Alan Nava Martínez nos comparte, hoy en día sabemos que, en gran medida, «el estilo de crianza implementado por los adultos a su alrededor predispone el ajuste de los niños y las niñas a los diferentes contextos en los cuales se dará su desarrollo psicosocial en el futuro, fungiendo como una especie de escenario de práctica». Esto subraya la inmensa responsabilidad y oportunidad que tienen los padres y madres al elegir conscientemente su estilo de crianza.
Los estilos de crianza
Autoritaria, permisiva y democrática
Típicamente, podemos hablar de tres estilos de crianza, cada uno con sus propias características y consecuencias en el desarrollo infantil. Alan Nava Martínez nos detalla cada uno:
El estilo autoritario
Rigidez y sus consecuencias
En el estilo autoritario, la falta de comunicación y muestras de afecto, el uso del castigo y la fuerza, la imposición de reglas estrictas y la restricción de la autonomía de los hijos propician un ambiente que puede generar inseguridad, baja autoestima, dificultad para tomar decisiones y una menor competencia social futura. Es una crianza donde la obediencia se valora por encima de la individualidad.
El estilo permisivo
Libertad sin límites
En el extremo opuesto, tenemos el estilo permisivo. Este se caracteriza por la ausencia de reglas y límites claros, una desproporcionada tolerancia ante impulsos y exigencias, la carencia de consecuencias ante conductas desfavorables o no deseadas, y una actitud a menudo sobreprotectora hacia los hijos. Alan nos advierte que este estilo de crianza puede traer consecuencias como una deficiente independencia personal, rezago en la regulación emocional, baja tolerancia a la frustración y, en muchas ocasiones, conductas agresivas ante entornos más estructurados que el proporcionado en casa.
El estilo democrático
El equilibrio recomendado para una crianza positiva
Finalmente, tenemos el estilo democrático, el cual, según CLICC, es el más recomendable y equilibrado. En su implementación, «se busca promover la comunicación constante y efectiva entre los padres y los hijos, se respeta la individualidad y la autonomía, se establecen valores y lazos de disciplina, se dirige la actividad a través de la negociación, se toma en cuenta la opinión de los hijos en las decisiones familiares y se proporciona certidumbre sobre lo que esperamos de las y los niños».
Al implementar un estilo de crianza democrático, como nos indica CLICC, «favorecemos la regulación emocional de nuestros pequeños, aumentamos su eficiencia al tomar decisiones, fomentamos la búsqueda de interacciones sanas y aumentamos la probabilidad de que se conviertan en adultos autónomos y empáticos». Este enfoque de crianza respetuosa es la clave para un desarrollo infantil óptimo.
¿Puedo modificar mi estilo de crianza actual? ¡Sí, es posible!
Por supuesto que puedes. Alan Nava asegura que «es verdad que el estilo de crianza que cada persona adopta proviene en parte de algunas variables que no podemos controlar, como pautas culturales a las que hemos sido expuestos a lo largo de nuestra vida, la educación recibida por parte de nuestros padres y lo que nuestros entornos sociales refuerzan respecto de nuestras prácticas parentales». Sin embargo, existen aspectos que sí podemos modificar y que nos pueden ayudar a cambiar nuestro estilo de crianza.
Entre estos aspectos,CLICC destaca:
- La información que poseemos: Como ella misma señala, «leer este artículo ya está aumentando la probabilidad de que modifiques tu estilo de crianza». El conocimiento es poder en la crianza.
- Aumentar nuestra exposición e interacción en entornos culturales distintos: Esto nos abre la mente a nuevas perspectivas de crianza.
- El intercambio de información e ideas con otros padres y madres de familia: Aprender de las experiencias de otros es invaluable en el camino de la crianza.
Crianza y bienestar
Una inversión en el futuro
Ser padre o madre es una gran responsabilidad, una tarea larga que no es intrascendente, sino fundamental cuando hablamos de bienestar y adaptación social en el futuro de nuestros hijos. Si bien no hay una manera de asegurarles el éxito, Alan nos recuerda que «sí es verdad que hay mucho que está en nuestras manos para mejorar sus probabilidades».
En la medida en que en casa se genere un ambiente seguro, sano, con normas claras y un entorno respetuoso, estaremos entrenando de manera práctica a nuestros hijos para enfrentarse a los retos del mundo exterior. Y, ¿por qué no proporcionarles esa ventaja si está en nuestras manos?
Finalmente, es importante que sepas que si bien no existe la «universidad de los padres», sí hay profesionales que pueden acompañarte en el complejo proceso que implica el cambio de actitudes y conductas a lo largo de la crianza de tus hijos. «No estás solo, no estás sola», nos dice Alan Nava, y en el revistazo sabemos que «con un ‘échale ganas’ no basta para cambiar conductas».
Conecta con CLICC Clínica del Cerebro y la Conducta para apoyo en la crianza
Esperamos que este artículo te haya proporcionado una nueva perspectiva sobre los estilos de crianza y la importancia de un enfoque consciente. Si te sientes identificado con la necesidad de transformar tu forma de criar o simplemente buscas apoyo profesional, el equipo de CLICC Clínica del Cerebro y la Conducta está para acompañarte.
¿Qué estilo de crianza crees que aplicas en casa? ¿Hay algo que te gustaría modificar? Comparte tus reflexiones en la sección de comentarios; el equipo de CLICC estará encantado de leerte y ofrecer su punto de vista.
Puedes contactar a CLICC Clínica del Cerebro y la Conducta para obtener más información o agendar una consulta:
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