Tabla de contenidos
Por el Mtro. Gabriel Ordóñez
Estrategias para una Separación Saludable para minimizar el impacto del divorcio en los niños
El divorcio es una de las experiencias más traumáticas que puede vivir una familia. Este evento no solo altera la estructura simbólica en la que el niño se desenvuelve, sino que también cuestiona los significantes que dan sentido a su mundo: padre, madre, familia, amor. A lo largo del tiempo he sido testigo de cómo la separación de los padres puede generar angustia, confusión y un profundo sentimiento de pérdida en los hijos. Sin embargo, también he observado que, con las estrategias adecuadas, es posible transitar por este proceso de manera que se minimice el impacto emocional y se preserve el bienestar de los niños. En este artículo, exploraremos cómo el divorcio afecta a los hijos y qué herramientas pueden ayudar a construir una separación más saludable.
Jacques Lacan, uno de los pilares del psicoanálisis contemporáneo, sostenía que el sujeto se constituye a través del lenguaje y los significantes que recibe de su entorno familiar. En este sentido, la familia funciona como un sistema simbólico que otorga un lugar y una identidad al niño. Cuando ocurre un divorcio, este sistema se fractura, y con él, los significantes que sostenían la realidad del niño. ¿Qué significa ser hijo cuando los padres ya no están juntos? ¿Qué lugar ocupa el amor en una familia dividida? Estas preguntas, aunque no siempre sean formuladas explícitamente, resuenan en el inconsciente del niño y pueden manifestarse a través de síntomas como ansiedad, regresión o dificultades escolares.
Es importante entender que, para los niños, el divorcio no es solo la separación física de sus padres, sino también la ruptura de un orden simbólico que les proporcionaba seguridad y sentido. Por ello, una de las tareas más urgentes durante y después del divorcio es ayudar a los hijos a reconstruir ese orden, a encontrar nuevos significantes que les permitan entender su lugar en la familia y en el mundo.
En mi práctica clínica, he observado que los niños suelen experimentar el divorcio como una pérdida ambigua. No es solo la pérdida de la convivencia familiar, sino también la pérdida de una imagen idealizada de la familia unida. Lacan hablaba de la «falta» como un elemento constitutivo del ser humano, pero en el caso del divorcio, esta falta se vuelve palpable y concreta. Los niños pueden sentirse abandonados, culpables o incluso responsables de la separación, especialmente si no se les brinda una explicación clara y adecuada a su nivel de comprensión.
Aquí es donde la comunicación juega un papel crucial. Los padres deben hablar con sus hijos sobre el divorcio de manera honesta pero cuidadosa, evitando culpar al otro progenitor o exponerlos a conflictos adultos. Es fundamental transmitirles que, aunque la familia esté cambiando, el amor que sienten por ellos permanece intacto. Este mensaje no solo les proporciona seguridad, sino que también les ayuda a resignificar el concepto de familia en un contexto nuevo.
Una de las estrategias más efectivas para manejar el impacto del divorcio en los hijos es la terapia familiar. La terapia no busca restaurar la familia a su estado anterior, sino ayudar a sus miembros a encontrar nuevas formas de relacionarse y significar su experiencia. En el caso del divorcio, la terapia familiar puede ser un espacio seguro donde los niños expresen sus miedos y preguntas, y donde los padres aprendan a manejar sus propias emociones para no sobrecargar a sus hijos.
La terapia también puede ser útil para establecer acuerdos sobre la custodia, las visitas y otros aspectos prácticos del divorcio, siempre con el foco puesto en el bienestar de los niños.

Estrategias para una Separación Saludable
- Mantener la Estabilidad en Medio del Cambio: Los niños necesitan rutinas y estructuras que les proporcionen seguridad. Aunque el divorcio implique cambios significativos, es importante mantener ciertas constantes, como horarios de comida, actividades escolares y momentos de convivencia con cada progenitor.
- Evitar el Conflicto delante de los Hijos: Para los niños, los padres lo son todo, y cuando se enfrentan entre sí, el mundo simbólico del niño se desestabiliza. Es crucial que los padres resuelvan sus diferencias en privado y presenten un frente unido ante sus hijos.
- Fomentar la Expresión Emocional: Los niños necesitan espacios donde puedan expresar sus emociones sin miedo al juicio o al rechazo. Esto puede lograrse a través de la terapia, pero también en el día a día, mediante conversaciones abiertas y empáticas.
- Reafirmar el Amor Incondicional: El amor es el significante más importante en la vida de un niño. Aunque la relación entre los padres haya terminado, es esencial que ambos sigan demostrando su amor y compromiso hacia sus hijos. Esto no solo les ayuda a superar el divorcio, sino que también les enseña que el amor puede persistir incluso en medio de la adversidad.
El divorcio es un evento doloroso, pero no tiene por qué ser traumático para los niños. La clave está en ayudarles a reconstruir su mundo simbólico, a encontrar nuevos significantes que den sentido a su experiencia y a entender que, aunque la familia haya cambiado, el amor sigue siendo su base. La terapia familiar, la comunicación abierta y el compromiso de ambos progenitores son herramientas esenciales para lograr una separación saludable. Al final, lo que más importa no es la estructura de la familia, sino la calidad de los vínculos que se mantienen dentro de ella. Como decía Lacan, el amor es lo que permite al sujeto sostenerse en medio de la falta, y en el caso del divorcio, este amor es más necesario que nunca.
Contacta con el especialista:
- Nombre: Gabriel Ordoñez – Psicoanalista
- Teléfono: 5571171592
- Instagram: psicoanalisis_g
- Facebook: psicoanalisisg
No te olvides de unirte a la conversación en los comentarios, en el revistazo estamos seguros de que para el Mtro. Gabriel Ordóñez será un placer leerte.