La Guelaguetza es una de las festividades más importantes y emblemáticas de Oaxaca, México. Este evento, también conocido como «Los Lunes del Cerro,» es una celebración vibrante de la cultura, la música, la danza y las tradiciones indígenas de las diversas regiones de Oaxaca. En este artículo, exploraremos los orígenes, el significado y las curiosidades de esta rica tradición que ha capturado la atención y el corazón de locales y visitantes por igual.
Tabla de contenidos
Orígenes de La Guelaguetza
Raíces Prehispánicas
La palabra «Guelaguetza» proviene del zapoteco y significa «ofrenda» o «regalo.» Esta festividad tiene sus raíces en las antiguas ceremonias indígenas prehispánicas que se realizaban en honor a Centéotl, la diosa del maíz y la fertilidad. Las comunidades indígenas solían reunirse para intercambiar productos y ofrendas, fortaleciendo así los lazos sociales y comunitarios. Estas prácticas ancestrales sentaron las bases para la Guelaguetza moderna.

Influencia Colonial
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, muchas tradiciones indígenas se transformaron y adaptaron a las nuevas influencias culturales y religiosas. La Guelaguetza no fue una excepción. Durante la época colonial, la festividad adquirió un carácter sincrético, combinando elementos indígenas con celebraciones cristianas. La fiesta en honor a la Virgen del Carmen, que se celebra el 16 de julio, se fusionó con las antiguas ceremonias de la Guelaguetza, creando una festividad única y rica en significado.
Evolución en el Siglo XX
A lo largo del siglo XX, la Guelaguetza experimentó una serie de transformaciones que la llevaron a convertirse en un evento cultural de gran envergadura. En 1932, como parte de las celebraciones del 400 aniversario de la ciudad de Oaxaca, la Guelaguetza se institucionalizó y se abrió al público en general. Desde entonces, ha crecido en popularidad y envergadura, atrayendo a miles de visitantes nacionales e internacionales cada año.
Significado y Simbolismo

Unidad y Solidaridad
La Guelaguetza es una celebración de unidad y solidaridad entre las comunidades de Oaxaca. Cada región envía representantes para participar en las festividades, compartiendo su música, danza y tradiciones. Este intercambio cultural refuerza los lazos comunitarios y promueve un sentido de pertenencia y orgullo por el patrimonio cultural compartido.
Diversidad Cultural
Oaxaca es uno de los estados más diversos de México, hogar de numerosas comunidades indígenas, cada una con sus propias lenguas, costumbres y tradiciones. La Guelaguetza celebra esta diversidad, proporcionando una plataforma para que cada grupo muestre su identidad cultural única. Las danzas, la música y los trajes tradicionales de cada región destacan la riqueza y la variedad de la herencia cultural de Oaxaca.
Ofrendas y Gratitud
La esencia de la Guelaguetza radica en la idea de ofrendar y compartir. Durante la festividad, los participantes ofrecen productos agrícolas, artesanías y otros bienes como símbolo de gratitud y generosidad. Este acto de dar y recibir fortalece los lazos sociales y refleja la importancia de la reciprocidad y la comunidad en la cultura oaxaqueña.
Curiosidades de La Guelaguetza
Las Danzas Tradicionales
Uno de los aspectos más destacados de la Guelaguetza son las danzas tradicionales que se presentan en el auditorio del Cerro del Fortín. Cada región de Oaxaca tiene su propia danza característica, y cada una cuenta una historia única. Entre las más conocidas se encuentran:
- La Danza de la Pluma: Originaria de los Valles Centrales, esta danza representa la lucha entre los indígenas zapotecos y los conquistadores españoles. Los danzantes llevan elaborados tocados de plumas y trajes coloridos, realizando movimientos enérgicos y coreografías complejas.
- Los Sones y Jarabes Mixes: Estos bailes, provenientes de la región Mixe, son alegres y festivos. Los participantes usan trajes tradicionales y realizan movimientos rítmicos al son de la música de banda.
- La Danza de los Diablos: Esta danza, originaria de la Costa Chica, es conocida por sus máscaras de diablos y su música vibrante. Representa la resistencia de los afrodescendientes y los indígenas ante la opresión.

Los Trajes Típicos
Los trajes tradicionales son una parte integral de la Guelaguetza. Cada región de Oaxaca tiene su propia vestimenta distintiva, que refleja su historia y cultura. Algunos ejemplos notables incluyen:
- El Huipil de Tehuantepec: Las mujeres del Istmo de Tehuantepec visten huipiles bordados con colores brillantes y motivos florales. Este traje es famoso por su elegancia y belleza.
- El Traje de Juchitán: Los hombres de Juchitán usan pantalones de manta y camisas bordadas, complementados con sombreros de palma. Este traje representa la identidad zapoteca y su conexión con la tierra.
- El Traje de la Sierra Norte: Los trajes de la Sierra Norte son conocidos por sus detalles intrincados y su uso de lana. Las mujeres llevan faldas largas y rebozos, mientras que los hombres visten pantalones y chaquetas tejidas.
La Música y los Instrumentos
La música es un elemento fundamental de la Guelaguetza, y cada región de Oaxaca tiene su propio estilo musical y conjunto de instrumentos. Entre los más comunes se encuentran:
- La Marimba: Utilizada principalmente en la región del Istmo, la marimba produce melodías alegres y festivas que acompañan a las danzas.
- La Banda de Viento: Compuesta por instrumentos de metal y madera, la banda de viento es popular en muchas regiones de Oaxaca y es esencial para las danzas y celebraciones.
- Los Jarros y Jaranas: En la Costa Chica, los músicos utilizan jarros de barro y jaranas (pequeñas guitarras) para crear ritmos únicos y vibrantes.
Las Comidas Típicas
La Guelaguetza también es una oportunidad para disfrutar de la rica gastronomía oaxaqueña. Durante la festividad, se pueden encontrar una variedad de platillos tradicionales, como:
- El Mole Oaxaqueño: Un platillo icónico de Oaxaca, el mole es una salsa compleja hecha con una mezcla de chiles, especias, chocolate y otros ingredientes. Se sirve típicamente con pollo o pavo.
- Las Tlayudas: Conocidas como las «pizzas oaxaqueñas,» las tlayudas son tortillas grandes y crujientes cubiertas con frijoles, queso, carne y salsa.
- El Tasajo y la Cecina: Estas carnes secas y saladas son populares en las celebraciones y se sirven con tortillas, guacamole y otros acompañamientos.

El Auditorio del Cerro del Fortín
El epicentro de la Guelaguetza es el Auditorio del Cerro del Fortín, un impresionante anfiteatro al aire libre que ofrece vistas panorámicas de la ciudad de Oaxaca. Este auditorio se llena de espectadores durante las dos semanas de la Guelaguetza, quienes vienen a disfrutar de las presentaciones de danza, música y otras actividades culturales. La ubicación del auditorio, en lo alto de una colina, añade un elemento espectacular a las festividades, proporcionando un entorno majestuoso para la celebración.
La Guelaguetza Hoy
Preservación y Promoción
Hoy en día, la Guelaguetza sigue siendo una parte esencial de la identidad cultural de Oaxaca. El gobierno estatal y diversas organizaciones culturales trabajan para preservar y promover esta tradición a través de programas educativos, festivales y actividades comunitarias. La Guelaguetza no solo es una celebración de la cultura, sino también una herramienta para fomentar el turismo y el desarrollo económico en la región.
Impacto Internacional
La Guelaguetza ha ganado reconocimiento a nivel internacional, atrayendo a turistas de todo el mundo que vienen a experimentar esta festividad única. La riqueza cultural y la autenticidad de la Guelaguetza la han convertido en un símbolo de la diversidad y el patrimonio cultural de México. Además, la festividad ha sido objeto de estudios académicos y documentales, que han ayudado a difundir su importancia y significado en todo el mundo.
Innovaciones y Adaptaciones
Aunque la Guelaguetza se mantiene fiel a sus raíces, también ha incorporado innovaciones y adaptaciones a lo largo de los años. Se han introducido nuevas tecnologías en las presentaciones, como sistemas de sonido y luces avanzados, para mejorar la experiencia del público. Además, se han creado eventos y actividades paralelas, como ferias de artesanías y exposiciones gastronómicas, para complementar las festividades tradicionales.

Mi experiencia el año pasado
Hace un año, tuve la increíble oportunidad de ser parte de la Guelaguetza y experimentar de primera mano esta vibrante celebración. Como parte del equipo de «el revistazo,» nos sumergimos en la riqueza cultural de Oaxaca, documentando cada detalle de la festividad.
Desde el momento en que llegamos al Auditorio del Cerro del Fortín, el ambiente festivo era palpable. Las danzas tradicionales, con sus coloridos trajes y movimientos enérgicos, nos dejaron maravillados. Cada región de Oaxaca presentó su cultura única con orgullo y pasión, creando una sinfonía de diversidad que solo puede encontrarse en la Guelaguetza.
Lo que más me impactó fue la calidez y hospitalidad de la gente. Fuimos recibidos con los brazos abiertos por las comunidades locales, quienes compartieron con nosotros sus historias, costumbres y, por supuesto, su deliciosa comida. Probar el mole oaxaqueño, las tlayudas y el tasajo fue una experiencia culinaria inolvidable que nos conectó aún más con la cultura oaxaqueña.
Documentar la Guelaguetza para «el revistazo,» no solo fue una labor profesional, sino una aventura personal llena de aprendizaje y asombro. Ver cómo esta tradición milenaria sigue viva y relevante en el corazón de Oaxaca me llenó de gratitud y admiración. La Guelaguetza no es solo una fiesta, es una celebración de la vida, la unidad y la herencia cultural que trasciende el tiempo.
La experiencia me dejó con un profundo respeto por las tradiciones oaxaqueñas y una comprensión más rica de la importancia de preservar y celebrar nuestras raíces culturales. Al regresar, me llevé conmigo no solo recuerdos inolvidables, sino también una historia poderosa para compartir con nuestros lectores, mostrando la belleza y la magia de la Guelaguetza a través de las páginas de «el revistazo.»