Por: Kary Bay (Artículo para «el revistazo«)
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5 tipos de violencia que se confunden con amor y no dejan marcas
El amor es, sin duda, una de las palabras más usadas, pero también una de las más tergiversadas. Para la Psicóloga Kary Bay, experta en relaciones y bienestar emocional, esta distorsión nos ha llevado a extremos que nos alejan de un vínculo saludable.
Kary Bay nos explica que el problema reside en dos visiones opuestas pero igual de nocivas: la versión idealizada (donde se espera una armonía perfecta) y la idea de que amar significa aguantarlo todo («Si te hiere, sé empática; si te engaña, perdona»).
Como subraya Kary Bay: en el revistazo «Ambos extremos, aunque distintos, distorsionan lo que realmente significa amar: construir un vínculo sano, recíproco y respetuoso.»
Lo sano, nos recuerda la especialista, nunca está en los extremos, sino en el punto medio: en aceptar que los desafíos son parte de toda relación, pero que jamás deben justificar el dolor constante ni la renuncia a uno mismo.
El peligro de normalizar el dolor
Gran parte de la dificultad para identificar estas dinámicas dañinas radica en lo que aprendimos en casa o en nuestro círculo social. Comparamos nuestra experiencia con la de familiares o amigos y, si se repite, nos decimos: «Ah, entonces es normal, todos lo viven.»
La Psicóloga Kary Bay es enfática: «Lo que en realidad ocurre es que, al nombrar lo dañino como ‘normal’, lo perpetuamos. Así no parece que duela tanto, así evitamos atravesar el túnel incómodo de reconocer lo que realmente está pasando.»
Y aquí surge el punto crucial: lo que no se nombra, no puede transformarse. Muchas conductas nocivas se ocultan tras excusas como «es que me quiere mucho» o «lo hace por amor». Aunque no dejen marcas visibles ni haya golpes o gritos, siguen siendo violencia.
Para la Psicóloga Kary Bay, es urgente visibilizar estas dinámicas. A continuación, presenta cinco formas de violencia que, precisamente por no dejar marcas físicas, se confunden con amor:

Los 5 patrones de violencia emocional no visible
1. Control disfrazado de cuidado
Se confunde la preocupación con la necesidad de supervisión. Las frases suenan bien: «Solo quiero que estés segura», «es por tu bien». Pero, como explica Kary Bay, detrás de ellas puede haber un patrón de control: decidir con quién hablas, cómo vistes o qué haces.
Kary Bay pregunta: «¿estas acciones me hacen sentir acompañada o vigilada? El amor sano acompaña, no encadena.«
2. Celos vistos como amor
Los celos se interpretan erróneamente como una señal de intensidad o compromiso («Si me ama, sentirá celos»). Sin embargo, la experta enfatiza que los celos constantes no son prueba de amor, sino una posesión disfrazada de emoción. Generan culpa y miedo.
«Amar no significa ser dueño del otro, sino compartir la vida desde la libertad y el respeto mutuo,» afirma la psicóloga.
3. Críticas disfrazadas de interés
El lenguaje es sutil: «es que te lo digo por tu bien» o «te ayudo a mejorar». Bajo esta aparente preocupación, hay una forma de desvalorizar al otro. Estas críticas minan la autoestima.
De acuerdo con Kary Bay: «Lo que diferencia una crítica constructiva de una disfrazada de interés es la intención y el impacto. Si al final de la interacción te sientes menos valiosa o insegura, no es amor, es manipulación emocional sutil.»
4. Descalificación encubierta como broma
Se usan frases como «Solo bromeo» o «no te pongas sensible» para justificar comentarios hirientes, apodos negativos o insinuaciones que afectan la confianza y normalizan la desvalorización. Es una forma de maltrato emocional minimizado con humor.
5. Dependencia disfrazada de romanticismo
Las expresiones de dependencia emocional, como «no puedo vivir sin ti» o «eres mi todo», se confunden con pasión. El amor verdadero, sostiene Kary Bay, construye seguridad y bienestar, no miedo a la pérdida.
«Cuando la relación funciona más como salvavidas emocional que como espacio compartido, se pierde la autonomía y se confunde pasión con necesidad,» concluye la especialista.

El amor que realmente vale la pena
Si has identificado estas señales, la Psicóloga Kary Bay te invita a un análisis sincero. Es crucial recordar: el amor que vale la pena nunca debería destruirte, apagarte ni hacer que dudes de tu valor.
En palabras de Kary Bay: «El amor que sana, por el contrario, nos sostiene y nos acompaña. Nos hace sentir completos, nos respeta y nos impulsa a crecer… Nos valida, nos cuida y nos llena de alegría, en lugar de miedo o ansiedad.»
¿Esta relación te hace sentir bien contigo mismo/a? ¿Te suma en lugar de restarte?
Reflexionar sobre estas preguntas es el acto más fundamental de amor propio.

Conoce más sobre el trabajo de Kary Bay: Empresa: Psicóloga Kary Bay Email de contacto: mkarina.bayona@gmail.com Teléfono de contacto: 618 322 4792













4 comentarios en “El amor no debería doler tanto”
Me encantó cómo Kary Bay explica los extremos dañinos del amor: idealizarlo todo o aguantarlo todo. Me recordó que el punto medio es donde está lo sano. De verdad, este artículo vale oro para quienes siempre justifican lo injustificable.
Uff… el punto de ‘críticas disfrazadas de interés’ me llegó directo. Me costó años darme cuenta de que mi pareja no me ‘ayudaba a mejorar’, sino que me hacía sentir insegura. Qué importante ponerle nombre a estas violencias que no dejan moretones.
totalmente de acuerdo con la psicóloga. Los celos y el control NO son amor, aunque muchas películas y canciones lo romanticen. Ojalá más gente leyera este tipo de contenido antes de entrar a una relación o incluso para cuestionar la suya.
Este artículo me hizo pensar muchísimo. A veces normalizamos conductas porque crecimos viéndolas, y ni nos damos cuenta de que son violencia emocional. Me impactó lo de las bromas disfrazadas… eso pasa más de lo que creemos. Gracias por visibilizarlo